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El Hatillo: historia y recuerdos

El Hatillo: historia y recuerdos

El Hatillo Fuente: Crónica Uno
Fuente: Crónica Uno

El Hatillo hace mucho tiempo fue mi lugar favorito para visitar siempre y con el paso del tiempo aún lo sigue siendo. No solo por su obvio encanto que por sí solas ya te invitan a pasear por las calles angostas del caso histórico, sino por algo mucho más allá de eso.

Cuando era pequeña mis padres tuvieron la idea de llevarnos a mi hermano y a mí a conocer el pueblo El Hatillo, vivíamos algo lejos de ahí pero eso no fue un obstáculo para llegar. Debo admitir que la espera si fue un poco larga, pero mientras más nos acercábamos más podía ver el encanto del lugar. Hasta que por fin llegamos.

Fuente: Wikipedia
Fuente: Wikipedia

Cuando empecé a recorrer las calles angostas de este lugar, vi las casas pintorescas y diferentes a las de la gran metrópoli, supe que ya este lugar me había marcado. Pasar por la plaza Bolívar fue todo un asombro, era tan bonito, diferente y puro que me quedé detallando desde los arboles hasta la estatua de Simón Bolívar que se alza imponente en el medio de la  plaza. También debo destacar la artesanía que vendían acá, me gustó tanto que no pude evitar decirle a mis padres para que me compraran por lo menos una muñeca de cerámica y no para jugar, sino para admirarla.

Y obviamente no puedo dejar de lado la comida, algo que era importante para mí (todavía lo sigue siendo). Las propuestas gastronómicas de este pueblo fue otra cosa que me enamoró a esa edad, ya que hay tanta variedad de comida y lugares para comer que no sabes cual elegir, sobre todo porque cada local tiene una calidez que te hace sentir que en realidad nunca saliste de casa.

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Fuenter: Editorial Visual
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Después de vivir esta experiencia, cada vez que se me daba la oportunidad iba con mi familia por lo menos una vez al año a El Hatillo, tanto que se convirtió en tradición ir especialmente en fechas de carnaval y la época decembrina para disfrutar de los festivales culturales, la comida y de la alegría y decoración que es tan característica del lugar dejándome con buenos recuerdos y abarcando un pedazo de mi infancia.

Visitar El Hatillo todas estas veces nunca me cansó, es simplemente un lugar que te invita mil veces a visitarlo, conocer de su historia y darte un aire limpio y una paz que te hace  sentir como en casa. Hasta ahora, nunca dejo de visitarlo. Si no has ido ¿qué esperas?.

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